La serie de Apple TV se vuelve más brillante con cada capítulo. Cabe destacar que esto no es solo gracias a la compleja reflexión que el programa ofrece sobre el #metoo, también a la reveladora actuación central de Jennifer Aniston, quien en cada escena, cada gesto, cada silencio, nos demuestra que tantos años actuando en una comedia tan básica como Friends, fueron todo un desperdicio.
Ver el primer capítulo de The Morning Show es engancharse de inmediato con la complejidad de cada personaje. Todo un desfile de máscaras en el que no se sabe quién es quién, ni quién juega a qué. Como televidentes estamos todo el tiempo al borde de la silla tratando de descifrar si el diálogo que estamos oyendo surge de la sinceridad del personaje o solamente es un hilo más en la red de intrigas que rodea al programa matutino más visto de la televisión de USA.
El #metoo es un hashtag que permitió a muchas mujeres denunciar en redes sociales casos de acoso sexual que habían sufrido. Le dio a tantas mujeres el valor para hablar de este tema en público y sentirse respaldadas por sus congéneres, en una sociedad machista que suele ser cómplice de los depredadores sexuales, que justifica muchos casos de abuso disfrazándolos de cortejo y además sabiendo que muchas veces denunciar no conduce a nada, cuando en los mismo estrados judiciales la violencia no hace más que confirmarse, con juicios en los que muchas veces las mujeres terminan siendo revictimizadas.
Algunos críticos, desconfiando del tratamiento que esta serie le daría a un tema tan importante y tan delicado como el #metoo, decían que quizá el show podía correr el peligro de banalizar este movimiento. Decían que quizá el programa podría resultar siendo oportunista e impersonal.
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Hoy en día el programa ha demostrado que cuenta con la profundidad necesaria para abordar el tema. Su gran factura está en una trama bien concebida y no solamente en su flota de estrellas de primera categoría y costosos escenarios de grabación. Se dice que es una de las series más caras de la historia y que Aniston y Reese Witherspoon, las protagonistas, ganan un millón de dólares por episodio.
Tras el final de la primera temporada, gran parte de la crítica coincide en que The Morning Show es más divertido, dinámico y más extraño de lo que debería ser. El episodio cuatro culmina con una entrevista a una de las víctimas de acusado acosador, que genera una tensión que lleva al televidente al punto de contener la respiración hasta que aparecen los créditos finales. La serie había sido impresionante hasta ese momento, pero en ese capítulo demostró aún más la calidad con la que está hecha. Aquí vale destacar a actuación de Reese Witherspoon, que con su búsqueda de la verdad nos invita a seguirle la pista y pedirle más imprudencias, que se salga del libreto rosa del programa matutino de televisión y nos lleve a descubrir la verdad de los hechos.
De Reese Witherspoon ya sabíamos que era una tremenda actriz, pero Jennifer Aniston resulta la gran revelación. Su carrera parecía estancada en la interpretación de papeles casi que copiados de Rachel, es decir, unas comedias blandas que no sorprendían a nadie y que no hacían más que encasillarla en los mismo gestos y ademanes de adolescente tardía que la hicieron famosa en Friends. En The Morning Show Aniston se transforma en una potencia. Su rol es el de una copresentadora que puede o no haber sido cómplice del escándalo #MeToo que conlleva al despido de su copresentador. Aniston se luce en cada registro emocional que le exigen. Aniston tiene que hacer de todo, ser sincera a ratos y poco sincera en otras ocasiones, furiosa e insegura, distante o berrinchosa, y ella cae con afinación perfecta en cada nota.
Ver a Aniston en The Morning Show es tener una razón más para reprocharle a Friends por robarnos una actriz dramática tan increíble.
The Morning Show es tan adictivo que luego de ver el primer capítulo, terminarás haciendo todo el trabajo a un lado para tener un día completo para devorar toda la serie. Y es que además de Aniston, cada personaje resulta muy seductor, porque todo el tiempo estamos dudando de sus intenciones, de su sinceridad, personajes que se contradicen, que resultan en una escena de humor cuando todo apuntaba a que debían ser lo más serio posible. Cuando esperamos su bondad, nos demuestran una malevolencia difícil de juzgar. La llamada moralidad está en la cuerda floja todo el tiempo. La mayoría de los actos de los personajes están guiados por la ambición pero no es solamente eso.
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El final de la temporada es asombroso. No les haremos espoiler, solo les anunciamos que es toda una ópera, pasando de un tono dramático alto a otro tono dramático aún más alto, hasta que uno piensa que no tiene otro lugar a donde ir, y luego el episodio nos sorprende con una nota de gracia tan audaz que supera todo lo anterior.
Es uno de los finales de temporada más impresionantes de la televisión reciente. Nos gustaría que cuando lo vean, vuelvan a este artículo y nos dejen sus comentarios.
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