El 17 de mayo de 1990, y luego de haber quedado como unos imbéciles durante tanto tiempo, la Organización Mundial de la Salud se dignó a sustraer la homosexualidad del libro de enfermedades mentales. Este hecho (simbólico, porque nada materialmente hablando ocurrió luego de ese embeleco histórico) propició que organizaciones y activistas independientes, por fin entendieran que el asunto de la medicina psiquiátrica les había colocado nuevamente en el filo de la estigmatización, y por ahí cerquita, de la discriminación y la violencia.
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En el 2011, Calleshortbus, Amigos Positivos, Caribe Afirmativo y unos cuantos activistas kamikaces que nos atrevimos a salir en un contexto NO festivo, por primera vez marchamos a la altura de la Avenida Venezuela del Centro de Cartagena, conmemorando esta fecha, en la ciudad más orgullosa de su machismo y homofobia en Colombia. Kelly Perneth, una activista grandiosa que se mudó a otro país, salió vistiendo una diminuta tanga y su cuerpo pintado de témpera negra y letras blancas en las que se leían: homofobia, Lesbofobia, Transfobia. Estoy seguro que, de haber podido, se habría pintado 500 palabras más.
Los años pasaron y otros inconformes se fueron sumando. En el 2013, nace la plataforma de activismo social LGBT: El Voltaje Aquel; otro embeleco, sólo que esta vez con un sentido más honesto: dignificar las dos movilizaciones de Transgeneristas, Lesbianas, Gays y Bisexuales que se realizaban en la ciudad, porque de tanto MENDIGARLE a la institucionalidad, nos acostumbraron a andar constantemente a media marcha, rogándole a oídos sordos por la homofobia, derechos que constitucional e históricamente tenemos ganados.
Algunxs activistas, enceguecidos por la opulencia fantasiosa de los politiqueros de turno, se dejaron absorber y le dejaron a la ciudad una procesión carnavalesca, llena de políticos oportunistas, compromisos incumplidos, planes de desarrollo que le cantan un bonito himno a la bandera y por supuesto, unos cuantos desprevenidos que todavía creen que las “locas” salen a “desfilar” todos los noviembres para divertir borrachos.
Cinco años después, o sea, hace una semana, marchamos nuevamente, pero en esta ocasión con una propuesta mucho más madura y ambiciosa. Porque, aunque ya lo teníamos claro hace tiempo, por primera vez hicimos formal y públicamente la invitación a TODAS las organizaciones sociales con agenda de DDHH de grupos históricamente discriminados de la ciudad; estas son, Afro, Indígenas, Mujer, Jóvenes, Comunidad Canábica, Estudiantes, etc. Convocados en nombre del renovado Movimiento del 17 de Mayo #M17; a todas estas, porque en el camino del activismo, entendimos que la diversidad sexual es transversal, de allí que en la calle distingamos lesbianas-negras, gays-en condición de discapacidad, Transgeneristas-estudiantes, bisexuales de la tercera edad, y cuantas combinaciones más se les pueda ocurrir; DIVERSIDAD PLENA le llamamos desde ahora, y todo eso logrado a pulso, sudor y cansancio, gracias al trabajo profesional de artistas como: Rubén Egea, Gian Carlos Julio, Deivis de Alba, José Mendoza, Luis Meriño, la fabulosa Isabel Jesurum y otros tantos nombres que hicieron posible el evento.
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Este M17 se desarrolló en dos momentos distintos pero complementarios. El primero, una movilización que partió desde el histórico y DESHALOJADO sector de Chambacú, hasta la torre del reloj, atravesando la avenida Venezuela. En el segundo momento, un evento conmemorativo, festivo y con alto nivel cultural en el mismo huerto del Palacio de la Inquisición donde hace doscientos años quemaban a mujeres de ciencia y ahorcaban hombres que cometían el delito de AMARSE.
Esa noche a la tarima se subieron: Julio César Márquez con su poema y performance Eclosión Perpetua, Trinidad (Grupo experimental) con su pieza La Papayera, José Gregorio García, con un fragmento de su pieza Inhibiciones, Abu Roots y sus beats caribeños, Dj Calipso, de la histórica pero ya desaparecida discoteca Vía Libre, abierta desde 1996; Dj Alexis de la Oficina Bar, y por supuesto Dj Driado junto a la polémica Euterpe Lírica, quienes no se cansaron de gritarle a los asistentes que un sistema OPRESOR les estaba jodiendo la existencia.
M17 y la docena de insurrectxs amorosxs que la organizaron, hicieron posible la materialización de la marcha más contestataria y diversa hasta ahora realizada en la ciudad, y a riesgo de sonar absolutista, no me equivoco si digo que hasta ahora, el Caribe NUNCA había temblado tanto como la tarde del 17 de mayo del 2016.
Sabemos que el próximo año seremos más los que nos atreveremos a salir a la calle con INSURRECCIÓN AMOROSA a gritarle a los que nos hacen las PAPAYERAS por la calle, que IGUALES EN IMPUESTOS, IGUALES EN DERECHOS.
Estas son algunas de las imágenes de lo que fue el M17. Que siga temblando el Caribe con la diversidad: