Cuando estás empezando una nueva relación, que parece ir por el camino de la estabilidad, ¿de qué manera te relacionas con el pasado sexual de tu pareja? ¿Prefieres no conocer ese pasado?, ¿te intriga?, ¿quisieras saber un poco, pero sin muchos de detalles? ¿O, simplemente, no le pones misterio, si tu pareja lo quiere compartir, le escuchas con atención e incluso, de vez en cuando, le preguntas acerca de sus anteriores experiencias sexuales?

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Me surgen estas preguntas luego de ver la película colombiana Fragmentos de amor, basada en la novela de Héctor Abad Faciolince. La cinta cuenta la historia de Susana y Rodrigo. Ella es una mujer dueña de su libertad, que se siente cómoda en su propia piel y que ha explorado sexualmente todo lo que ha querido. Rodrigo es un tipo más bien reservado, taciturno, atorado en un eterno despecho por su anterior pareja. Cuando Susana conoce a Rodrigo, queda prendada de él, le llama la atención ese aire de misterio y desamparo que lo acompaña. Aunque ella tiene una relación en ese momento, se va a la cama con Rodrigo, quien tiene dificultades esa noche para responderle. En una segunda oportunidad, la dificultad de Rodrigo se repite. Esa vez Susana no quiere quedarse con las ganas y para estimular a Rodrigo, le cuenta una historia acerca de un encuentro sexual con una pareja del pasado, lo cual hace que la mente de Rodrigo se despeje y logre el anhelado desempeño.

Desde ahí, los protagonistas comienzan una relación en la que abunda el deseo mutuo y en la que se repite constantemente la dinámica de Susana contándole a Rodrigo, con pelos y señales, historias acerca de sus múltiples ex amantes. Llega un momento en que Rodrigo no puede lidiar con el asunto y comienza a temer que él también se convertirá en una historia más en la vida de Susana. Los celos lo invaden, recurre entonces a escribirle cartas a Susana, firmándolas como un admirador secreto, para poner a prueba su fidelidad. Total que los celos de Rodrigo terminan por dominarlo, las historias que Susana le ha contado lo atormentan. Pese a que se considera un hombre liberal, ver que ella ha tenido más amantes que él le parece que la convierte a ella, en sus propias palabras, en una puta. Lo anterior lleva a que el amor entre esta pareja se vea totalmente viciado por la desconfianza y a que terminen haciéndose daño.

En nuestra sociedad, la multiplicidad de amantes, en el caso de los hombres, no representa un problema, de hecho, se alaba que un hombre acumule experiencia y es más macho entre más mujeres lleve a la cama. Sin embargo, ¿cuántas parejas sexuales puede tener una mujer sin que eso conlleve a que se le considere una puta? En esta sociedad, los hombres están en total libertad de acumular experiencia y gozar de su sexualidad, pero la mujer aún es reprochada por ello.

Muchos hombres prefieren no conocer el pasado sexual de sus parejas, para no atormentarse y terminar como Rodrigo, enceguecidos por los celos y la inseguridad, porque nada baja más la confianza de un hombre que imaginar o comprobar que su novia ha tenido experiencias sexuales más satisfactorias con otras parejas. Al hombre de hoy día, por muy liberal que se considere, aún le genera inseguridad compararse con las anteriores parejas de la mujer, o pensar que ellas hayan estado con hombres mejor dotados, más resistentes o que la hayan hecho venir más de lo que él en una sola noche.

Fragmentos de amor película 2

Rodrigo y Susana en Fragmentos de amor

En el caso de Rodrigo, lo que no soporta es la idea de que Susana haya sido “poseída” por tantos hombres antes que él, pues por mas artista que sea, en la peli Rodrigo es un pianista famoso, aún existe ese pensamiento patriarcal y cavernícola de que la mujer es un objeto que se posee y que un macho que se respete no puede estar con una mujer que “haya sido de alguien más”.

No importa cuánto se ha avanzado en términos de liberación femenina, aún las relaciones heterosexuales están marcadas por muchas prácticas y pensamientos machistas interiorizados, que las dificultan. Una de esas dificultadas es el reproche al que muchos hombres someten a las mujeres por su pasado sexual. Las relaciones heterosexuales, en toda la historia, han estado marcadas por el desencuentro. Cuando a las mujeres solamente les era dado acostarse con el tipo que se casaba con ellas, en la mayoría de los casos, terminaban en una vida sexual frustrante, puesto que la satisfacción de la mujer poco o nada importaba. En estas relaciones, muchas veces, los hombres terminaban buscando en “la calle” ese ímpetu sexual que preferían que sus esposas no demostraran. Porque hasta el siglo pasado, las esposas debían disimular su apetito sexual a riesgo de no ser unas damas.

El desencuentro continúa ahora que las mujeres empiezan sus vidas sexuales desde temprana edad, desde mucho antes de casarse, si es que lo hacen, entonces a lo largo de sus vidas, como seres sexuales activos, acumulan un inventario sexual con el que al parecer los hombres de hoy día aún no pueden lidiar. Si la mujer tuvo, digamos, un par o a lo sumo 3 amantes, los hombres emiten un “ok.”, a regaña dientes, pero si tuvo más, no importa lo liberal que sea el man, en seguida considera que la vieja es una puta y muchos dejan de considerarla una persona digna para una relación estable. Porque, repito, aún existe el convencimiento de que la valía de una mujer para llevarla al altar o para tener una relación estable con ella, es que no haya sido “poseída” por muchos hombres.

Fragmentos de amor película 4

Escena de la película Fragmentos de amor

En medio de estos dilemas, dramas y desencuentros, el más perjudicado es el amor. Porque pese a que Rodrigo y Susana se amaban profundamente, los celos de él terminan por arruinarlo todo. Ella crea resentimiento hacia él por las trampas que él le tendió para poner a prueba su fidelidad. La gente está muy acostumbrada a buscar una pareja para casarse y no para vivir el amor. Si lo que uno busca es el amor, no importa el pasado, no importa cuántos amantes hubo, lo que importa es esa posibilidad tan maravillosa de estar con esa persona en ese momento de la vida y sacarle tanto jugo a ese amor como sea posible mientras dure. Pero todavía estamos educados para el “hasta que la muerte los separe”, para que el hombre se case con una mujer virgen de la que pueda sentir un orgullo social machista, y por su parte, las mujeres, todavía se privan de vivir una vida sexual a plenitud y de tener tantos amantes como les venga en gana, porque no quieren perder valía en el mercado de parejas “matrimoniables”.

Por encima de los prejuicios, lo importante es amar. Con pasado sexual o sin él y disfrutar de ese amor mientras dure, así sea una noche o diez años y entender que tanto hombres como mujeres, tienen derecho a tener un pasado y un cúmulo de experiencias sexuales, que no le suma ni le resta valor como pareja, porque lo que importa es el sentimiento mutuo en ese momento específico de la vida. La historia de una pareja debe durar hasta que dure el amor, el deseo.

Me gustó la peli Fragmentos de amor, porque se atreve a explorar la libertad sexual de las mujeres y a poner en evidencia las inseguridades que aún en el siglo XXI padecen los hombres. También porque nos invita a reflexionar y a entender que debemos dejar a un lado tanto prejuicio y que por encima de las presiones sociales, de las conductas preconcebidas melodramáticas, está el amor. Y el amor, en una relación de pareja, es lo único que importa.

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