La temporada seis de Game Of Thrones recién terminó y lo cierto es que no me importa en lo absoluto. Todo lo que sé o me imagino acerca de la serie se debe a los cientos de memes que a diario atiborran el timeline de mis redes sociales. Sé que hay una chica de pelo blanco que parece ser una mística, sé que hay un montón de manes con pelo largo, armadura y cara de pocos amigos, sé que a toda hora muere un protagonista y sé que el personaje de Peter Dinklage es muy querido y muy popular. Más allá de eso, no sé y no me interesa saber de qué va la trama.

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Game of Thrones Juego de Tronos meme

Entonces me pregunto ¿a qué se debe este desinterés, pese a la insistencia y entusiasmo con que los fans de GOT la promocionan? Ni siquiera los elogios para la serie que he leído de gente cuyo criterio muchas veces comparto me ha animado a pagar una suscripción a HBO o bucear internet para ponerme al tanto. Quizá sea mi tendencia a desconfiar en la calidad de lo que le gusta a todo el mundo.

Nunca me ha atraído el tema medieval. No estoy seguro de que GOT sea algo medieval pero lo parece. Nunca leí un libro del Señor de los anillos o el Hobbit y nunca he visto las películas. Precisamente porque me da flojera el tema de las armaduras, los dragones, los castillos y las batallas a bordo de caballos. Lo único con armaduras de lo que he sido fan fue de Caballeros del Zodiaco y eso fue antes de la pubertad.

Y, bueno, según entiendo, GOT es como si alguien tomara Lord of The Rings, le agregara un montón de extrañas fantasías sexuales y multiplicara por cuatro la violencia. Ante un cocktail como ese, yo paso. A simple oído, el quid de la serie me resulta extraño, así que creo que lo extraño sería que una mezcla tan forzada me atrajera.

Game of Thrones Juego de Tronos meme 1

A estas alturas simplemente creo que gastaría demasiado tiempo poniéndome al día y no creo que mi vida cambie porque lo vea o me pierda de algo porque no lo vea. Quizá le daría un chance sólo por entender memes que a diario veo en mi timeline de Facebook y reírme un rato. Pero en realidad sería un esfuerzo demasiado grande por una recompensa tan mínima.

Reconozco que algo bueno debe tener un programa cuya capacidad de acaparar la atención es comparable a la de un campeonato de fútbol. El domingo pasado el final de la sexta temporada de GOT compitió de tú a tú por el rating y la atención en redes sociales con la final de la Copa América.

Si algo tal vez me cause curiosidad de GOT, es saber si es cierto que los personajes femeninos llevan el peso de la trama y que hay unas insinuaciones feministas por ahí, lo cual celebraría. También, comprobar que la serie es, según he leído, una alegoría política y social de nuestros tiempos. Sin embargo, me resultaría un tanto difícil tomármelo con seriedad a la par de tanta fantasía, así como no puedo tomarme en serio Los Juegos del Hambre.

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Game of Thrones Juego de Tronos meme 2

Siempre he desconfiado de esas series y libros que parecen escritos por un millón de libretistas. Lo que Los Simpson alguna vez parodiara como un montón de simios escribiendo a máquina. Es que uno intuye que historias como la de GOT se arman sobre plantillas de tramas preconcebidas, cuyo único objetivo, lejos de la profundidad, es ser efectistas y enganchar al televidente para que siempre quede con ganas de saber qué pasa en el siguiente capítulo. No me gusta ese tipo de narración.

Entonces, si ya sé que lo más probable es que Game of Thrones nada tenga que ver con lo que yo busco en una pieza de entretenimiento, para qué perder el tiempo viéndola para comprobarlo, sólo porque todo el mundo la ve y aprecia. Mejor me dedico a ver o leer cosas que sí me gustan o que intuyo podrían sorprenderme. Por ejemplo, la serie Bojack Horseman, la cual vi sin tener idea qué me esperaba, por puro desparche, y que ahora es mi favorita a la par de las mejores épocas de Los Simpsons o Southpark.

Actualmente los contenidos musicales y audiovisuales parecieran no valer por su calidad sino por su cantidad y la manera en la que ésta influye en las personas para que se decidan a pagar un servicio de streaming. Si quiere ver GOT, pague HBO. Y al final, con todos esos contenidos a la mano, la música es apreciada apenas como fondo mientras se hacen otras cosas y ver series es sólo un pasa tiempo mientras la persona se queda dormida o una excusa para llevar a alguien a la cama.

Así que creo que si luego de 6 temporadas no me he subido al bus de Game of Thrones, es porque ese bus no lleva mi ruta. Seguiré mi camino convencido de que no me estoy perdiendo de algo extraordinario.