En menos de dos meses, la cantante Rihanna ha publicado dos videos musicales con escenas en las que muestra los pezones. A la fecha, el video de la canción Work cuenta en YouTube con casi 200 millones de vistas y el de la canción Kiss it Better, que lanzó el jueves pasado, ha sido visto más de 10 millones de veces.

Rihanna Work

Escena del video de la canción Work

¿Cuáles son las intenciones de Rihanna al aparecer en sus videos musicales exhibiéndose semidesnuda? Las opiniones están divididas. Hay quienes piensan que lo hace como un acto de libertad, en el que demuestra que es la dueña de su cuerpo y puede hacer con él lo que le venga en gana y otros que consideran que lo hace porque su cuerpo le pertenece a la industria musical y debe exhibirlo para que como objeto sexual rentable, aumente la promoción y ventas de su música.

Sean cuales sean las intenciones de Rihanna, podría considerarse afortunada ante el hecho de que sus pezones no hayan sido censurados en YouTube. De publicarlos en Facebook o Instagram, las imágenes correrían otra suerte.

Según las normas de publicación de las redes sociales mencionadas, postear fotos en las que aparezca al descubierto el pecho de una mujer es considerado inapropiado y son dadas de baja. Es claro que esta censura pone en desventaja a las mujeres. Para muchas, el hecho de subir a la red fotos en las que muestran los pezones, tiene el objetivo de desexualizar el busto, oponerse a la censura y servir como referente para promover la equidad en cuanto a la actitud hacia los cuerpos masculinos y femeninos.

En 2014, nació el movimiento #FreeTheNipple (Liberen a los pezones), cuya intención inicial era denunciar el estándar según el cual el pezón femenino es considerado desnudez y el masculino no. El hashtag se hizo rápidamente popular, tras recibir el apoyo de celebridades como Miley Cyrus, Amber Rose o Cara Delevinge. A la fecha #FreeTheNipple cuenta en Instagram con más de 3 millones de fotos.

Los dos últimos videos de Rihanna no han sido objeto de censura y podría pensarse que la persecución contra los pezones ha menguado. Sin embargo, hoy, al buscar en Instagram #FreeTheNipple, encontramos el siguiente aviso:

Instagram #FreeTheNipple

Captura de pantalla de Instagram.

Lo anterior indica que las imágenes de mujeres mostrando los pezones siguen siendo calificadas como potencialmente ofensivas.

Ahora, pensemos por un instante que Rihanna no fuera una mujer joven y considerada ampliamente como una de las más sensuales del mundo y en cambio fuera una mujer de 65 años, o tuviera alguna discapacidad, o que además de los pezones exhibiera vello corporal, o fuese una mujer trans. ¿Será que el video seguiría estando al aire? Quizá YouTube no sería tan amigo de las imágenes y las retiraría. Este tratamiento diferenciado en cuanto a qué cuerpos sí y cuáles no pueden exhibirse on line, refuerza la discriminación, fortaleciendo los tabúes alrededor de los cuerpos no-convencionales y no-conformes.

De hecho, el movimiento #FreeTheNipple ha recibido críticas por una parte de la comunidad LGBT y feminista, que apuntan a que tanto las celebridades que lo apoyan como las imágenes que la campaña usa para su promoción, retratan en su mayoría a mujeres blancas, jóvenes, esbeltas y con bustos que se enmarcan dentro de lo que la sociedad occidental comúnmente acepta como bello.

Hay quienes piensan que videos como los lanzados por Rihanna son una extensión de la tradición machista que permite a las mujeres vender el busto, pero que censura a aquellas que lo exhiben para celebrarse a sí mismas y reafirmar la propiedad sobre sus cuerpos.

En esa medida, podría decirse que los pezones de Rihanna no son objeto de censura, puesto que al estar al servicio de la industria del entretenimiento que hipersexualiza el cuerpo de las mujeres, su exhibición es permitida como un mecanismo de educación subliminal que refuerza el estereotipo según el cual pueden exhibirse los pezones femeninos siempre y cuando la intención sea complacer la mirada masculina.

Durante décadas, la industria del entretenimiento ha cercado el derecho de las mujeres a administrar libremente sus cuerpos y se ha valido de trucos para que parezca que sin importar que sea una decisión autónoma, siempre que una mujer exhiba sus pechos lo hará para convertirse en objeto sexual. Hoy en día el límite impuesto en cuanto a qué partes del cuerpo de la mujer pueden mostrarse o cuáles mujeres pueden hacerlo, corre por cuenta de las redes sociales.

Despojar al busto femenino de su connotación sexual sigue siendo una tarea difícil en una sociedad que privilegia la mirada masculina. Quizá los pezones al aire de Rihanna no signifiquen un avance en esta materia, pero al menos están ahí para que conversemos acerca de cómo los juicios que pesan sobre el cuerpo de las mujeres deberían desaparecer.