Kamasutra

Uno de los mitos más comunes asociados a la Semana Santa es aquel según el cual si una pareja mantiene relaciones sexuales durante estos días, corre el riesgo de quedarse “pegada” como les ocurre a los perros. El mito es ampliamente conocido y ha trascendido de generación en generación, pero a falta de casos verificables, muchas personas lo descartan y se entregan a jornadas de sexo sin remordimiento en la Semana Mayor.

Sin embargo, les contamos que más allá de un mito para hacer de la Semana Santa un tiempo de recogimiento y no de “cogimiento”, sí es posible que el pene se quede atorado dentro de la vagina durante el coito. A este percance, poco usual, se le conoce con el nombre científico “Penis captivus” o síndrome del pene atrapado en la vagina, del cual se tiene noticia médica desde hace más de cien años.

…personas descubiertas en relaciones clandestinas quedaron “atrapadas”… el tratamiento fue oración y agua bendita, “mucha agua bendita bien helada”.

El curioso fenómeno fue discutido en el programa de la BBC Health Check, en el que el Doctor John Dean manifestó que “es muy poco común, pero ciertamente no debe descartarse como un mito. Es una de esas cosas sobre las que la gente tiene una fascinación culpable”. Además recordó que en 1979, en el British Medical Journal se publicó un trabajo sobre el tema, que menciona un par de casos ocurridos en el siglo XIX. Agregó que otros casos datan de tiempos medievales, en los que personas descubiertas en relaciones clandestinas quedaron “atrapadas”, y en los que el tratamiento fue oración y agua bendita, “mucha agua bendita bien helada”, subrayó el especialista.

¿En qué consiste el “Penis captivus”?

Lo que sucede, según comentó el Doctor Dean, es que mientras el pene está en la vagina, se va llenando más de sangre. Los músculos del piso pélvico femenino se contraen rítmicamente durante el orgasmo, no al nivel de un espasmo, pero sí una serie de contracciones que duran varios segundos. Durante estas contracciones, el pene queda atascado por algunos segundos, y se puede hinchar, hasta que los músculos se relajan, la sangre vuelve a fluir del pene, se pierde la erección y el hombre se puede retirar.

Algunos casos documentados

Dos reseñas de la historia sobre “penis captivus”, publicadas en 1935 y 1979, resaltan una fascinación de larga data con el tema. Se dice que en 1372, Geoffery de la Tour-Landry relató cómo un libidinoso llamado Pers Lenard “tuvo relaciones carnales con una mujer” encima del altar de una iglesia y que Dios “los ató firmemente a los dos esa noche”.

En 1908, en su libro La vida sexual de nuestro tiempo, Iwan Blich relató otro caso de penis captivus después de un encuentro furtivo, esta vez en un callado recodo en el puerto de Bremen, Alemania. La mujer sufrió un “espasmo involuntario”, el hombre -un estibador- quedó atrapado y una gran multitud se congregó para verlos. Eventualmente, la pareja fue trasladada a un hospital donde se le administró cloroformo a la mujer para separarlos.

En un manual de ginecología de 1933, el autor Walter Stoeckel especuló que el “penis captivus” sólo afectaba a las parejas que tenían relaciones sexuales ilícitas, pues el temor a ser descubiertos supuestamente podía contribuir a fortalecer el espasmo muscular de la mujer.

Los casos de pene atrapado no son sólo de vieja data, en 2005, una pareja en Filipinas apareció en las noticias mientras eran llevados en camilla hasta un hospital, al no poder separarse tras el acto sexual. En 2012, otro incidente ocurrió en Kenia, donde se reportó que una mujer y su amante finalmente pudieron desengancharse con oraciones, luego de que supuestamente el marido de la mujer acudiera a un brujo para provocarles el percance, y sólo después de que el amante aceptara pagar al marido el equivalente a US$230.

Así que si bien es un hecho muy inusual y que puede ocurrir tanto en Semana Santa como en cualquier otra época del año, el mito de quedarse “pegado” después del sexo es una realidad que dejamos bajo su responsabilidad corroborar durante este fin de semana santo 😉

Fuente BBC Mundo