Para mí no hay nada más desagradable que el olor a hicotea desmechada y mote de bagre que envuelve cada rincón de mi casa durante la Semana Santa. No veo qué necesidad tienen mis padres de esmerarse tanto en hacer estas comidas, cuando simplemente podemos fritar cualquier pescado o abrir una simple lata de atún, si de lo que se trata es de no comer carne roja en Semana Santa.

Carne roja semana santa

Alrededor de la llamada “semana de recogimiento” existen gran cantidad de mitos, uno de los más conocidos, aquel según el cual debes abstenerte de comer carne de res porque representa el cuerpo y la sangre de Cristo. Ya habrán notado, por lo cuento en el primer párrafo, que tengo unos padres extremadamente católicos, convencidos de que comer carne roja durante la Semana Mayor es una falta de respeto contra Dios y contra el sacrificio de su amado hijo.

Nunca le he preguntado a mis padres cuál es la razón para acatar aquel mandamiento cada Semana Santa, porque presiento que me responderán lo que el sacerdote o mis abuelos alguna vez les enseñaron. Por eso, en busca de una explicación lógica, decidí hablar con un amigo que, si bien es católico, dedica tiempo a investigar estos temas.

Mi amigo me dio varias explicaciones, pero para mí esta es la que mejor ilustra el origen de la prohibición de comer carne roja en Semana Santa. Según me contó, la Iglesia Católica tiene dos días de ayuno al año que son totalmente obligatorios: miércoles de ceniza (inicio de la cuaresma) y viernes santo (muerte de Cristo). El ayuno del miércoles de ceniza consiste en la privación de una de las comidas del día y el del viernes santo, consiste en abstenerse de comer carne, sin que se trate exclusivamente de carne roja, sino de cualquier tipo de carne; además, sólo se permite una comida fuerte al día. Ya con estos datos, voy acumulando excusas para decirle no al bagre de mis papás el próximo año, y dedicarme solamente a comer huevo con arroz, con tal de no “pecar”.

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Bagre, comida típica de Semana Santa

Me comentó también mi amigo que, en los tiempos de la iglesia primitiva, la carne roja sólo era consumida por la gente pudiente, mientras que el pescado sólo lo comían los pobres, al ser la base de su sustento. Por lo tanto, las personas adineradas, como signo de abstinencia, ayunaban en Semana Santa comiendo pescado en vez de carne roja. Cuánto hubiese deseado que la abstinencia de los ricos consistiera en dejar de robarles a los pobres, o que los pobres no se dejaran comprar el voto por unos cuantos pesos que les alcanzan para comer un día, mientras el resto del año siguen comiendo…

El antecedente histórico anotado por mi amigo da a entenderse que el ayuno del viernes santo no se limita a dejar de comer carne roja, sino que consiste en abstenerse de un alimento que apreciemos dentro de nuestra dieta. Por ejemplo, a mi amigo le gusta más el pescado que la carne roja, por ende, no estaría realizando ningún tipo de sacrificio durante la Semana Mayor si sólo se dedicara a comer pescado. Me va gustando esta aclaración, porque la verdad es que ya no aguanto otro año queriendo vomitar por el olor a mote de bagre. Mi papá tiene que parar y entender el verdadero significado del ayuno de Semana Santa.

La tal prohibición de comer carne roja en la Semana Mayor ha sido tan tergiversada, que incluso hay gente que considera que tener sexo en esos días también está prohibido, porque es como si estuviéramos comiendo carne. Pero yo me planteo lo siguiente e imagino que muchos de ustedes igual lo hacen: ¿Cómo es que se le ocurre a alguien prohibir el sexo durante la Semana Santa, sabiendo que son días en los que sólo nos permiten comer comida de mar, es decir, puros afrodisiacos? No esperen mucho de nosotros si durante cuatro días solo estamos comiendo pescados y todo tipo de mariscos. Lea aquí ¿Es posible quedarse pegado teniendo sexo?

Le diré entonces a mis papás que se relajen con este asunto de no comer carne roja durante la Semana Mayor, tienen que entender que eso no es pecado. Además, si lo fuera, incumplir ese mandato religioso no sería nada grave, comparado con otros pecados que se cometen comúnmente en nuestro país, por ejemplo, que la gente permita que gobiernen políticos corruptos durante 4 años, porque les arreglaron la comida de un día o el transporte de una semana.